Loreak Mendian presenta una colaboración con Sancho Rodríguez, agricultor y creador de Manin, vinos de la frontera navarro-riojana.

Me llamo Sancho Rodríguez, hace 22 años fui responsable de marketing de Loreak Mendian, siempre estaré agradecido a Victor, Xabi y Juan por aquella oportunidad. Vivimos un momento vibrante en nuestra cultura callejera y de playa, quiero pensar que formamos parte de una escena artística, musical y surfera que marcó a nuestra generación. El respeto por esta cultura, entre lo callejero y lo elevado, fueron claves en nuestro trabajo, y parte fundamental de mi aprendizaje.

En 2018, arrancamos una nueva etapa, junto a mi pareja Ángela, cuidamos viñas y hacemos vino en su tierra de Navarra, alrededor de El Busto, Tierra Estella. Nos gusta pensar que formamos parte de una revolución agrícola, una revolución que visibiliza el trabajo de las personas que nos dan de comer.

Tuvimos la suerte de ser acogidos con curiosidad, respeto, y recibiendo una cobertura y ayuda fundamental por parte de familia, vecinos, amigos y agricultores profesionales. La familia Munarriz, Javier Ripa, Álvaro Fernández de Arcaya, Mili, y familias han sido clave para sentirnos arropados. Nos preocupa sentir el desánimo que les acompaña estas últimas campañas. La inestabilidad de los mercados donde venden su producto, la crisis climática, afectan a su economía y ánimo. Necesitamos cuidar mejor a las personas que producen nuestra comida.

Hemos tomado el relevo de viticultores y viticultoras que nos han confiado el cuidado de viñas antiquísimas, algunas tienen más de 100 años. Desgraciadamente, el sistema dejó fuera a esta zona, trabajamos los vestigios de una civilización vitícola ya casi extinta.

En este 2024 me quedo como el último viticultor de Armañanzas, mi compañero Jesús “Despierta” se jubila. Le arrebato definitivamente su apodo, acuñado por sus vecinos por ser los más madrugadores del pueblo.

Por lo primitivo de nuestro trabajo, creemos que se sitúa en la vanguardia del cuidado de la tierra y del paisaje. Trabajo en solitario 3.5 ha. de viñas muy viejas, de entre 80 y más de 100 años, situados en 8 pueblos, en 4 valles diferentes. Obviamos decir que trabajamos en ecológico, sin herbicidas ni productos sistémicos, algo de cobre y azufre.

Como Ekain e Itxi, que cuidan su rebaño de “xaxi ardis”. Dicen que han sido un poco kamikazes, nada más salir de la escuela de pastores de Aranzazu montaron su propio rebaño. Viven su sueño, con dificultades que acompañan a las personas atrevidas, que quieren retar al inmovilismo e inercia industrial del mundo alimentario hegemónico. Necesitamos que, a esta pareja joven, y a todas las personas que creen en la agroecología, les vaya bien. Necesitamos ser conscientes de cómo y quién produce nuestra comida.

Nos hemos convertido en una enorme minoría que está ayudando a regenerar suelos a través de una nueva manera de producir y de consumir. El campesinado ha esculpido nuestro paisaje durante miles de años, muchas veces el ojo urbano no es consciente de que cuando habla de ¨naturaleza¨, está hablando de un paisaje agrícola que necesita de las y los agricultores para su cuidado.  Ganaderos y agricultores son necesarios para un paisaje vivo, resiliente ante incendios, sequías.

Nos resistimos a creer que en el futuro las personas ya no van a cocinar, que todo va a ser 5ª gama, huertas de interior hidropónicas, la comida distribuida en bandejas de plástico, verduras y fruta cortadas, preparadas bajo film. Lidia Pascal, gran amiga hace más de 30 años, compañera en Loreak Mendian, es parte de la resistencia. Abre ahora Olako Abastos, una tienda de comida producida por pequeñ@s productor@s. Mercados, cooperativas de consumo, tiendas ecológicas, cultivar tu huerto, venta directa, educación en colegios, soberanía alimentaria, personas vs corporaciones.

La sequía es una realidad de nuestro presente, lo fue de nuestro pasado en lugares como este, y lo será de nuestro futuro. Los últimos años han sido muy complicados en nuestro país, vivimos en un clima semiárido. El cambio es más acusado si vives en dos realidades como nosotros, en 90 minutos pasamos de nuestro clima atlántico a un clima seco mediterráneo. Todas nuestras viñas son en estricto secano, no irrigamos. Este año el agua está siendo generosa, el campo está precioso, lleno de vida, vegetación.

Nos hemos encontrado con un lugar con muchos baldíos… pero realmente pensamos que es tierra con un gran potencial para hacer vinos de clase mundial, de secano. Queremos retomar donde lo dejaron nuestros antepasados,  reivindicando a las generaciones anteriores, generando orgullo por nuestra tierra, motivando a otros a apostar por este camino, y reconstruir de esta manera el mosaico mediterráneo de este lugar. Que vuelvan a correr niños por estas plazas, y que sepamos quien cultiva y de donde viene la comida con la que disfrutamos y nos hace estar vivos, sanos, cada día… el futuro no es apocalíptico si tu propósito es aportar en positivo, a tu familia, a tu pueblo, a tu comunidad.

Warning! El vino es un bien cultural milenario… nos ha nutrido, ha sido moneda de cambio, ha ayudado a esculpir muchos paisajes increíbles, ha dado vida a muchas regiones. Es pasión, encuentros, risas y disfrute alrededor de una mesa.  Pero también es alcohol, y como tal, recomendamos un uso moderado, cultural. Y sobre todo, bebe vino elaborado por personas, en ecológico, artesanos y con personalidad. Personas versus corporaciones!

Eskerrik asko Sancho!

Photography by Iker Basterretxea
Story by Sancho Rodríguez


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